¿Qué ocurre con las cotorras invasoras argentinas de Madrid? Estas aves han duplicado el número de individuos en los últimos años y por ello se tomarán medidas drásticas en los próximos meses. Investigamos sobre su llegada a España, características, alimentación, época reproductiva y problemas que pueden traer a la sociedad.
Hasta hace unos años el número de cotorras argentinas o de Kramer era escaso, pero en la actualidad son muy comunes de ver en los parques y zonas verdes de Madrid. La capital española tiene un problema con estos animales y por eso quiere reducir el número de sus individuos drásticamente. Al no tener una especie depredadora tienen una alta tasa de capacidad reproductiva y puede llegar hasta convertirse en una plaga como está ocurriendo en la actualidad.
Su llegada a España
El hábitat natural de estas aves está en Latinoamérica (Argentina, Bolivia y sur de Brasil). Su expansión ha sido a nivel global ya que se han visto colonias asentadas en Estados Unidos y en Holanda. En España llevan unos cuantos años conviviendo entre la población y al principio eran más habituales en Barcelona y la costa andaluza aunque la capital española ha visto un rápida crecimiento de individuos en los últimos años.
Llegaron a España según lo que explican los investigadores de la especie en la década de los 60 con algunos individuos que fueron traídos como mascotas. Sus dueños más adelante las liberaron probablemente por lo ruidosas que eran y empezar a reproducirse.
Características y alimentación
Las cotorras argentinas `Myiopsitta Monachus´ pueden llegar a medir hasta 30 centímetros y pesar 150 gramos. Su esperanza de vida en estado salvaje ronda los 10 años, mientras que en cautividad es mayor, entre 25 y 30 años. Son aves adaptables al medio ambiente y que buscan subsistir en cualquier lugar. Son sociables con otras especies, pero su principal problema para la sociedad es que son muy ruidosas y destructivas. En cuanto a su alimentación está principalmente formada por frutas, verduras, forraje, bayas, hierbas, brotes y algunos insectos.
Estas aves viven en parejas que se forman de por vida y se reproducen entre los meses de agosto a noviembre. Sus puestas tienen de 4 a 8 huevos con una incubación de 26 a 28 días. Es a partir de los 44 días cuando los pequeños polluelos pueden abandonar el nido.
Forman nidos que tienen una entrada ancha y dos cámaras. En la externa están los progenitores y en la interna depositan los huevos en la que estarán las crías durante los primeros días de vida. Es la hembra la encargada de formar el nido a base de ramas, de la limpieza y de la incubación de los huevos.
El plan de cotorras en Madrid para 2021
El Ayuntamiento de Madrid llevaba un tiempo pensando en alguna alternativa contra estas aves. Según los números del censo realizado por la Sociedad Española de Ornitología, SEO/BirdLife hay un total de 13.000 cotorras aproximadamente en la capital española. Según ha anunciado, Borja Carabante (delegado de Medio Ambiente y Movilidad) el 90% de la población será sacrificada y solo se permitirá seguir con vida al 10% de la especie. En principio todo iba a comenzar en el mes de octubre de 2020 pero al final se tuvo que retrasar, ya que se tuvo que licitar un nuevo contrato porque no estaban incluidos los pliegos a las empresas que prestan el servicio en control de plagas.
El sacrificio de estos animales se hará de forma individual y de una manera indolora tal y como han explicado. Será una muerte en la que el animal sufrirá lo menos posible, una `eutanasia´ siendo una muerte, rápida e indolora. Estas aves están empezando a suponer un problema tanto para la sociedad y por ello se han tomado dichas drásticas medidas.
Las empresas deberán hacer un censo e inventario de los ejemplares y nidos. Este primer trabajo se hará en los tres primeros meses con el objetivo de tener a toda la población y las cotorras bajo control. El siguiente paso del plan es esterilizar los huevos los huevos para conseguir su inviabilidad y se colocarán en el mismo lugar para que no haya nuevas puestas. Esta segunda parte se hará hasta el mes de agosto.
También al mismo tiempo que se realizan estas dos actividades se capturarán cotorras con redes, trampas y jaulas. Estas aves ya no pueden volver a introducirse en el medio ambiente según la Ley por ser considerada una especie invasora. Además se vigilarán los nidos que puedan suponer un riesgo para los ciudadanos o aquellos que estén vacíos. Por último se hará un estudio específico sobre algunas posibles enfermedades que puedan transmitir este tipo de aves invasoras.